miércoles, 14 de septiembre de 2016

Remates de Propiedades

¿Cómo participar? Generalmente, con un mes de anticipación se publican avisos a través de diversas plataformas, como la prensa escrita o en sitios web de agencias especializadas en el rubro.


Alternativas de subastas

Los remates de propiedades pueden ser de carácter público o judicial. En el caso de la primera opción, quien inicia el proceso es un particular y lo ejecuta un martillero público, registrado en la subsecretaría del Ministerio de Economía. Las casas de remate se encargan de promocionarlos y organizarlos en sus locales.

Para participar, los interesados deben contar con una boleta de garantía por la cantidad mínima de dinero publicado en el aviso del remate y entregarla a los encargados de la subasta. En caso de no adquirir la casa o departamento, la boleta será devuelta.

El precio base del inmueble se determina el día del remate, ya que antes de comenzar, cada postor escribe en un sobre la cantidad que ofrece por la vivienda. La cifra más alta será el precio mínimo, con el cual se iniciará la subasta.

En esta modalidad, además, si la vivienda no recibe ofertas, el remate se considera desierto y se realiza un nuevo llamado, con precio base inferior. Este proceso se puede realizar hasta 3 veces y si no se encuentra un comprador, se cambia la forma de venta del inmueble.

Los remates judiciales


Esta clase de subastas ocurre, principalmente, por deudas, problemas judiciales o por contribuciones impagas, donde el llamado a remate está a cargo de la Tesorería General de la República. Una institución financiera también puede rematar la propiedad por el no pago de las cuotas del crédito hipotecario.

Estos encuentros son ejecutados por martilleros inscritos en la Corte de Apelaciones y todo lo recaudado va destinado al pago de la deuda que tiene el propietario del inmueble. El precio base, generalmente, es la tasación fiscal del inmueble, el cual puede ser hasta un 30% menos que el valor de mercado. Si es que en algún caso el precio supera el valor de la deuda, es el deudor quien se queda con la diferencia.

Para ofertar por la propiedad, cada postor debe llevar un vale vista con el 10% del precio base. Al adquirir la propiedad debe pagar el 90% restante, mientras que al resto de los ofertantes se les devuelve lo abonado.

Si no se encuentra un comprador en el primer remate, o se declara desierto, se realiza un segundo proceso donde el precio de la vivienda disminuye a dos tercios del valor inicial. Si nuevamente nadie se la adjudica, en el tercer llamado la propiedad es rematada al mejor postor.

Recomendaciones

En ambos tipos de remates es necesario informarse sobre los pagos adicionales que puede implicar cada transacción. En algunos casos, por ejemplo, las propiedades con deudas impagas deben ser pagadas por el comprador. Por eso es importante que la persona interesada se contacte con la institución a cargo del remate con el objetivo de recabar la mayor cantidad de información del inmueble.

Además, se recomienda visitar la vivienda y asesorarse con un abogado para revisar los antecedentes legales tanto de la propiedad como de todas las partes involucrados en el proceso.

Por otro lado, la persona o institución a cargo de la venta debe tener en cuenta los gastos por publicidad de la subasta y la comisión de los martilleros y de las casas de remates, que varía de acuerdo a la cantidad que se paga por la propiedad.

Así que ya lo sabes. Comprar una casa o departamento en un remate es una gran oportunidad para obtener un inmueble a un precio más económico, pero antes es necesario que te informes detalladamente sobre cómo funciona este método de compra.


Fuente: http://www.portalinmobiliario.com/

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