lunes, 10 de noviembre de 2014

Vivir en el centro de la ciudad o en los suburbios


Existen muchos mitos sobre los aspectos positivos de vivir en las afueras de la ciudad, supuestamente cerca de “la naturaleza” y el “aire fresco”, y lejos de los problemas de tráfico y delincuencia que supuestamente existen dentro de la ciudad. También escuchamos las desventajas de vivir en el centro o cerca del centro de las ciudades, de cómo el tráfico, el smog y la delincuencia estarán cerca de nosotros y nuestra calidad de vida empeorará por estos motivos. Nada más falso y lejos de la verdad. Todos esos mitos, han sido inventados a lo largo del tiempo por los desarrolladores inmobiliarios, que los usan como estrategias publicitarias para vender sus desarrollos ubicados lejos de la ciudad, y como excusa para convencer a la población de que no es tan malo comprar una propiedad que se encuentra lejos de sus lugares de trabajo, de convivencia, de estudio y de celebraciones sociales y religiosas.


Vivir lejos del centro de las ciudades tendrá alguna ventaja, no lo dudamos, pero los aspectos positivos se quedan muy cortos cuando analizamos los problemas que se suscitan cuando tenemos que vivir tan alejados de los lugares donde se desarrolla nuestra vida. Para empezar, el tiempo. La vida es corta, y el tiempo no regresa. El tiempo que podemos tardar en ir y regresar del trabajo todos los días puede ser una pesadilla cuando vivimos lejos o fuera de la ciudad. El tiempo de traslado significa levantarse más temprano, evitar en ocasiones el desayuno nutritivo y sustituirlo por barras de cereal o licuados que no nos proporcionan la nutrición y la energía adecuada para enfrentar tantas horas de trabajo. A la hora de la comida, es impensable ir a comer a la casa con la familia por el tráfico pesado de mediodía, y en la noche la hora pico se vuelve un viacrucis. Llegamos tarde, cansados, sobre todo por la cantidad de horas perdidas en traslados de un lugar a otro. Y no se diga los costos en gasolina si tenemos automóvil, o los múltiples camiones que tenemos que tomar, cuyo servicio es lento, malo y en las noches se vuelven peligrosos.


Vivir en los suburbios permite casas amplias y patios y jardines

Muchos anuncian las nuevas urbanizaciones como lugares de descanso, cerca de la naturaleza. El problema es que los nuevos fraccionamientos ni son lo suficientemente campestres para estar en contacto con la naturaleza, ni lo suficientemente urbanos para poseer la emoción y cercanía de tener los servicios y la infraestructura urbana a nuestro alcance. La ilusión de tener nuestro propio jardín se desvanece al poco tiempo de darnos cuenta que dicho jardín es un adorno, ya que lo utilizamos muy poco, además de que nos cuesta mantenerlo, pagando agua, jardineros y se vuelve un gasto extra.

Ahora veamos el otro lado de la moneda. Estamos hablando de los departamentos y conjuntos habitacionales que se encuentran dentro de la ciudad, cerca del centro o en colonias cercanas a nuestros lugares de convivencia. Si, es verdad, no tienen jardín propio, pero hay parques cercanos, y el mantenimiento del tapete verde que vemos a diario y no utilizamos no tenemos que pagarlo nosotros. Las tiendas, escuelas, centros comerciales y parques están cercanos, incluso podemos ir caminando hacia ellos. El sentido de pertenencia urbana se incrementa, ya que el aser parte de la ciudad, nos preocupamos más por tener las calles limpias y seguras.

Nuestra calidad de vida mejora al vivir dentro de la ciudad. Los tiempos de traslado al trabajo y a la escuela son más cortos. Podemos tener más tiempo de descanso y para tomar el desayuno. Las caminatas a estos lugares nos sirven de ejercicio y ahorramos en transporte. La convivencia con los vecinos, que en tiempos de nuestros padres existía de una manera muchos más intensa, vuelve a formar parte de nuestra vida diaria. Las ciudad en general se vuelve más bella y segura porque los ciudadanos la habitan, no sólo llegan a ella para trabajar, sino también para vivir.



Multitud de edificios en el centro de la ciudad

Viéndolo desde un punto de vista general, el vivir en la ciudad y no fuera de ella, no sólo traerá aspectos positivos para quienes viven cerca, sino para todos. El costo de llevar los servicios a lugares cercanos es mucho más bajo. Menos kilómetros de redes de agua, cables de electricidad y pavimento harán que la economía general de la ciudad mejore, teniendo la posibilidad de brindar más y mejores servicios a la ciudadanía. Es tiempo de volver a vivir la ciudad, y olvidarnos del concepto de suburbio que se inventó en Estados Unidos para poder vender automóviles. Es tiempo de mejorar nuestra calidad de vida aprovechar que todo lo tendremos al alcance de la mano si nos volvemos parte de la ciudad.


Fuente: Ciudad verde

No hay comentarios:

Publicar un comentario